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“El corazón tiene razones que la razón no entiende”, dijo el filósofo y matemático francés Blaise Pascal en el Siglo XVII. Esas nueve palabras pintan por completo a Fernando Cavenaghi, el hombre que será recordado para siempre como el ídolo que puso alma y vida en el momento más necesario y levantó a River de las cenizas para llevarlo nuevamente a la gloria. Fueron 60 mil los corazones que se reunieron ayer en el Monumental en una emotiva tarde noche para transmitirle al Torito un mismo sentimiento: agradecimiento y adoración eterna para el goleador que con sus goles llenó el corazón de los hinchas en los buenos y especialmente en los malos momentos.

“Por amor a la camiseta. Gracias Cavegol”, se leyó durante toda la noche en la popular Sivori en una bandera que llevaba su imagen besando el escudo de la camiseta. Y a su lado, se desplegó otro enorme trapo representando la última camiseta que vistió, con su nombre y su foto junto a la Copa Libertadores ganada en 2015, que decía “Cavenaghi, gracias”.

Fueron 64 jugadores invitados -entre profesionales, famosos y familiares-, tres directores técnicos y seis árbitros los que protagonizaron el partido denominado “Despedida Monumental”, que cerró la exitosa carrera del emblema millonario. Con la musicalización del DJ Tommy Muñoz, la presencia de la banda de cumbia Los Totora en el entretiempo, más rock, murga y distintos juegos para entretener a las tribunas en la previa -las puertas se abrieron a las 16-, el reloj marcaba las 19.27 cuando ingresó Cavenaghi al terreno de juego, tras la presentación de los equipos.

“El Cavegol, el cavegol, el cavegol, el cavegol.”, estallaron las cuatro tribunas del estadio para saludar y recibir al hombre que se formó en los potreros de O’Brien, Provincia de Buenos Aires. Allí, los 2.500 habitantes del pueblo vieron nacer a un niño que anhelaba vestir los colores del club de sus amores. Su camino se inició en la novena división mientras vivía y estudiaba en la pensión y los años de sacrificio tuvieron su recompensa cuando debutó en primera en 2001.

“Buenas noches. La última vez. es un enorme placer y un privilegio. Le agradezco a la gente que se hizo presente, a los que no pudieron venir y a mis amigos, compañeros y estrellas del club que se acercaron a disfrutar este día. Infinitamente gracias a todos por el cariño. Es lo que me voy a llevar para siempre de mi carrera. No hay nada más lindo”, dijo Cavenaghi, tras recibir una plaqueta de reconocimiento, entregada por el presidente Rodolfo D’Onofrio.

Dos goles para cada camiseta

El partido terminó 6-4 a favor del equipo blanco y el Torito marcó cuatro goles, dos con cada camiseta y uno de ellos con una sutil definición de taco. “Olé, olé, olé, olé, olá, a Cavenaghi nunca lo vamos a olvidar”, comenzó a gritar la tribuna tras un video con palabras de su familia que se proyectó en la pantalla al finalizar el juego.

“No hay palabras para esto. Estoy muy orgulloso de ser hincha, ser parte de esta institución, y de haberme criado en el corazón del club desde los 12 años. Le agradezco a mis compañeros, a mi familia que me acompañó desde chiquito para que pudiera cumplir mi sueño de jugar al fútbol, y a mi esposa y mis hijos, que siempre estuvieron conmigo”, dijo un emocionado Cavenaghi, al borde de las lágrimas. “Voy a decir algo que leí en Twitter y quiero repetirlo. Esto no es una despedida, esto es un homenaje, porque yo de este club no pienso irme nunca más”.

La noche terminó con el ídolo y sus compañeros dando una vuelta olímpica en un micro descapotable, con el estadio iluminado por los flashes de los celulares y los fuegos artificiales. No fue un adiós, sino un simple hasta luego: Cavenaghi no sabe lo que es la vida sin River.

Flashes de una noche especial

Pese a que el foco estaba puesto en Cavenaghi, el hincha se dio el gusto de ovacionar en varias ocasiones al técnico Marcelo Gallardo, quien jugó, marcó dos goles y se llevó todos los aplausos. Además, hubo un reconocimiento especial para Rodrigo Mora tras su operación y para Camilo Mayada -sancionado provisionalmente por doping-. Durante toda la noche, la gente se encargó de hacerle llegar su admiración al número 9, pero también pidió por la Libertadores y avisó: “Nos vamos todos a Paraguay”.

Los equipos

Equipo rojo: Leandro Chichizola; Gabriel Mercado, Martín Demichelis, Leonel Vangioni; Matías Kranevitter, Cristian Ledesma; Manuel Lanzini, Leonardo Pisculichi, Alejandro Domínguez; Javier Saviola y Fernando Cavenaghi. DT: Ramón y Emiliano Díaz.

Equipo blanco: José María Buljubasich; Hernán Díaz, Ariel Garcé, Diego Placente, Guillermo Pereyra; Leonardo Astrada; Pablo Aimar, Marcelo Gallardo; Esteban Fuertes, Ariel Ortega y Enzo Francescoli. DT: Américo Gallego.